La
anciana obedecía a regañadientes. ¿Por qué ese afán de arrojarla del paraíso de
sus recuerdos felices a este presente hostil? Contempló a Mateo con expresión
crítica.
-
Deberías parecerte a Lisandro.
Mateo
farfulló una disculpa ininteligible. Era tartamudo y prefería el silencio al
ridículo.
A su turno, Ester lo examinó también sin indulgencia. Veía, en sus ojos inyectados, en sus labios resecos, los rastros de una parranda. Con una solicitud irónica, ofreció:
A su turno, Ester lo examinó también sin indulgencia. Veía, en sus ojos inyectados, en sus labios resecos, los rastros de una parranda. Con una solicitud irónica, ofreció:
-
¿No prefieres un buen caldo con chile pastor? Dicen que revive las fuerzas.
Emelina rió hasta atragantarse.
- ¿Dónde aprendes esas cosas, Ester? Son recetas de casada.
Ester abatió los párpados con severidad.
- Cuando se tiene por hermano a un borracho es necesario saber de todo.
Mateo quiso defenderse. No era un borracho. ¿Por qué esta solterona estúpida
era incapaz de comprender que en la feria de agosto pasaría ante los ojos de
sus amigos como un apulismado, si no los acompañaba en sus diversiones? ¿Y
dónde creía esta infeliz que se cerraban los tratos comerciales? En las
cantinas, en los palenques, en...
La longitud de la réplica lo aterrorizó. No dijo una palabra.
Triunfante, Ester se sirvió un trozo más de cecina. La anciana continuaba
hablando.
- Lisandro sí era un hombre de gabinete entero, no como los de ahora. Lo mismo
domaba una yegua que componía unos versos. En mi álbum de soltera guardo los
primeros que me dedicó. A unos ojos. Eran mi quedar bien. Todos me los
piropeaban. Pero por modestia mis padres me enseñaron a tener la vista baja.
Ahora, en cambio, exhibía con impudicia la fealdad.
Emelina sintió una aguda punzada de angustia. Ella también llegaría a la vejez,
pero sin haber estrechado entre sus brazos más que fantasmas, sin haber llevado
en sus entrañas más que deseos y sobre su pecho la pesadumbre, no de un cuerpo
amado, sino de un ansia insatisfecha.
Rosario Castellanos (México, 1925-1974)
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