Regresa la primavera a Vancouver.

lunes, 29 de abril de 2019

Tu boca: CUENTO DE ABRIL, de Ramón del Valle-Inclán

"... la princesa de Imberal, que aparenta dormir sobre la rosa deshojada."

(Final de la primera escena)

El trovador:
Rosa sultana
Abre la ventana
De mi corazón.

(Se inclina, y pone un beso en la boca de la princesa de Imberal, que aparenta dormir sobre la rosa deshojada. La azafata del disfraz huye a esconderse).

La princesa:
¡Me besó un escorpión!
¡Un cínife envenenado!
¡Un alacrán!

El trovador:
¡Mi corazón
Pájaro alado
Es quien se ha posado
En el rosal de tu boca!

La princesa:
¡Nunca creí, audacia tan loca!
¿Cómo osaste llegar hasta mí?
¡Audacia tan loca nunca creí!

El trovador:
Nos une el poder de un encanto,
Claro y fuerte como el diamante.
¡La palabra del ajonjolí!
No es más clara y más firme que ella,
La cristalina estrella
Que llevaba en el blanco turbante
El gigante Avengalí.

La princesa:
¡En gracia a tu locura,
No te mando arrojar a mi traílla!
¡Sal de aquí, miserable criatura!
¿Qué Jordán lavará tanta mancilla,
Como puso en mi labio la audacia de tu agravio?

El trovador:
Sobre el broche entreabierto de tu boca risueña,
Vi pasar las abejas en un vuelo sonoro,
Y en el divino enigma de la rosa abrileña,
Libar todas las mieles para el panal de oro.
     ¡Quise como la abeja
     Libar la miel
     Y sólo de tu queja
     Gusté la hiel!
Así termina la escena primera.


Ramón del Valle-Inclán (España, 1866-1936).

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